EL NACIMIENTO DE JESÚS: ENTRE LOS RELATOS DE LA BIBLIA Y LA CIENCIA

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Sin formar más parte del clero, Adrián Taranzano realizó una profunda investigación científica sobre uno de los hechos más importantes para la comunidad cristiana donde revela que los relatos tal como se conocen no son narraciones históricas sino que persiguen una finalidad evangelizadora.

El máximo de los símbolos de la Navidad para los cristianos es el nacimiento de Jesús, y consecuentemente, la imagen del pesebre que se representa en todo el mundo desde que discípulos como Mateo y Lucas escribieron sobre ese momento sustancial para la religión.

Los dos relatos coinciden en que Jesús nació en Belén de Judea, su madre María estaba desposada con un hombre llamado José, que descendía del rey David y no era su padre biológico, ya que su nacimiento fue causado por la intervención divina.

Sin embargo, los evangelios escritos varios años luego de la muerte de Jesús tienen un núcleo histórico envuelto en un “ropaje teológico” que no refleja lo que sucedió puntualmente sino aquello que es una reflexión teológica posterior de las comunidades creyentes.

El relato de los autores bíblicos, Adrián Jorge Taranzano lo analiza en “Los relatos del nacimiento de Jesús”, el primer volumen del proyecto de una colección llamada “Un Galileo singular” de Editorial Guadalupe de Buenos Aires que ha asumido la publicación de 12 volúmenes en total, divididos en tres grandes partes: a) orígenes b) vida pública y c) muerte y fe pascual.

Alejado del ministerio sacerdotal y en el rol de licenciado en exégesis bíblica por el Pontificio Instituto Bíblico de Roma y doctor en teología por la Ludwig-Maximilian-Universität de Munich, Taranzano volcó los resultados de una investigación histórica sobre el natalicio de Jesús de Nazareth, considerando que las informaciones que forman el marco de ese momento -Belén, censo, pesebre, pastores, magos de Oriente, estrella, matanza de los “inocentes”, entre otros-; no son narraciones históricas sino teológicas, es decir, persiguen una finalidad evangelizadora.

 – ¿Cómo es que la narración que todos conocemos, del pesebre, de Belén o la estrella, no son compatibles con lo que realmente sucedió?

En el Nuevo Testamento tenemos dos relatos del nacimiento de Jesús: la versión de Mateo y la versión de Lucas. Quien estudia estos textos con los métodos apropiados y analiza detalladamente la trama de ambos advierte que no son compatibles entre sí. Ello no se percibe cuando se hace una lectura superficial. Curiosamente es lo que suele ocurrir: estamos acostumbrados desde niños a estos textos, se los escuchó muchísimas veces, pero raramente se han advertido estas divergencias. Por ello, no podemos interpretarlos como “crónicas históricas”, sino que debemos leerlos, como “creaciones teológico-literarias” al servicio de la fe de sus destinatarios. Esta afirmación es una obviedad entre los expertos más importantes del mundo. El propósito de mi libro, es “democratizar” ese conocimiento. 

– El Pesebre tiene una gran importancia para los creyentes…

El pesebre es uno de los elementos más característicos de la Navidad. Es quizás una de las escenas más conmovedoras del Nuevo Testamento. Podríamos decir incluso que es una imagen que tiene mucho para decir al hombre contemporáneo que, no rara vez, necesita volver a lo esencial. Pero a nivel histórico, como lo muestro en mi libro, es una creación teológico-literaria del evangelista, no un hecho real. Es un elemento importante en toda la trama de la narración de Lucas, pero totalmente ausente en la de Mateo. No hay que mezclar los elementos de un relato con los del otro. En este sentido, me valgo de las imágenes para formular un importante principio exegético: “Hay que sacar a los magos del pesebre”. Con ello quiero decir no solo que no se deben amalgamar las dos versiones diversas del nacimiento de Jesús, sino que además, a nivel de interpretación bíblica, no podemos mezclar teologías diversas y hacer una “síntesis canónica”. 

– Si hablamos de un testamento evangelizador… La Biblia, ¿es una colección de mensajes evangelizadores alejados de la realidad?

En realidad la Biblia es una colección de textos que expresan la fe de Israel y la fe en Jesús como mesías. “Biblia” es una expresión griega en plural y significa precisamente “libros”. Su redacción es el fruto de diversas manos, durante varios siglos. Sus textos se releen y se amplían. Ello nos da una idea de su pluralidad y de su compleja riqueza. En ella nos encontramos con enseñanzas tan sublimes como el amor o el perdón a los enemigos (Lc 6,27) y al mismo tiempo con mandatos escandalosos de Dios como el de “matar hombres y mujeres, niños y lactantes, bueyes y ovejas, camellos y asnos” (1 Sa 15,3). Sus páginas están pobladas de innumerables relatos escritos en diversos géneros literarios. Ello muestra que no deben tomarse al pie de la letra, como muchas veces se hizo en el pasado y lamentablemente se hace incluso en el presente. Nos encontramos también con una sabiduría milenaria y con temas que tocan la fibra del corazón humano pero que es necesario interpretar de manera adecuada. En el caso de los evangelios, los especialistas sostienen que es posible llegar a un núcleo histórico de la vida de Jesús, distinguiéndolo de lo que son enseñanzas posteriores, fruto de la reflexión que generó su persona. 

– ¿Este libro pone en jaque la fe y credibilidad católica cristiana?

Esta es una pregunta muy importante. La respuesta es claramente, No. Este libro, de ninguna manera pone en jaque la fe o la credibilidad porque no niega lo esencial que es el nacimiento de Jesús. Hay autores que lo hacen, pero estas posturas no cuentan con el consenso de la mayor parte de los especialistas.

En el libro se analizan los relatos desde la metodología científica y ello muestra cómo han de entenderse. Ello no pone en jaque la fe, sino que más bien pone en jaque una forma inadecuada de leer e interpretar esos textos. Es ciertamente la forma que ha prevalecido y que está presente aún hoy en muchos ambientes, a pesar de los avances de la exégesis bíblica. Además, muchos de los autores en los que me baso son investigadores creyentes, vinculados tanto a la Iglesia Católica como a las Iglesias de la Reforma.

Algunos de los expertos más importantes del mundo, por ejemplo John Meier o Raymond Brown son incluso sacerdotes católicos. ¿Qué quiero decir? Un estudio histórico crítico no implica un atentado contra la fe, sino una superación de una interpretación literalista de la Biblia. Es posible cultivar esta disciplina científica y estar vinculados a la Iglesia. De hecho, la gran parte de lo que expongo en mi libro ha sido aprendido en las aulas de centros universitarios católicos. 

La ciencia en la religión

– ¿Cómo surge la inquietud de escribir este libro?

Escribo desde hace varios años y mis trabajos, además de mi tesis doctoral editada en España, han sido publicados en diversas revistas científicas. En este caso, la inquietud surge porque la investigación histórica sobre la figura de Jesús de Nazaret me cautivó durante los años de estudio en el Pontificio Instituto Bíblico de Roma, uno de los centros especializados en el estudio científico de la Biblia más importantes del mundo. Aún recuerdo la profunda experiencia que significó “abrir la mente” durante el curso sobre Jesús histórico con el profesor Joseph Sievers. Toda la formación científica recibida en Roma, especialmente en relación con los métodos llamados “histórico-críticos”, fue gestando el deseo de transmitir, en lenguaje sencillo y accesible, todo ese bagaje de conocimiento lamentablemente reservado a círculos reducidos de expertos.

El objetivo de este primer volumen, como así también el de toda la colección que tengo que escribir, es acercar al gran público los resultados de la investigación contemporánea sobre el Jesús histórico.

– ¿Cómo fue el proceso de trabajo?

Comenzó con la recolección de material especializado. Existe una bibliografía científica inmensa sobre el tema. De allí que necesariamente se deba hacer una selección.

 El segundo paso fue idear lo que los alemanes llaman la “Gliederung”, es decir, la estructura lógica de cada una de las partes del libro, el iter a seguir.

El trabajo de redacción fue arduo, lento, exigente. Detrás de cada renglón escrito, hay horas de lectura, de investigación, de confrontación con diversos autores. En el caso de este libro, reduje al máximo los aspectos más técnicos y el aparato científico para no abrumar al lector no familiarizado con el tema. Uno de los desafíos más grandes fue expresar en lenguaje sencillo todo aquello que en la bibliografía especializada se expresa en lengua técnico.

¿A qué conclusión llegó?

Intento mostrar aquello que es sabido en los ámbitos académicos pero que normalmente es desconocido por el público en general. En el Nuevo Testamento nos encontramos con dos versiones divergentes sobre el nacimiento de Jesús. Un análisis detallado lo pone de manifiesto. Normalmente quien lee o escucha estos relatos lo tiene en cuenta un sinnúmero de datos, de elementos históricos y teológicos. Por ello tiende a interpretarlos al pie de la letra y a identificarlos como hechos reales. Además, se los amalgama y se los “redondea” en una única historia. En mi libro presento las razones por las que ello no es adecuado e intento poner de manifiesto la naturaleza propia de estos textos, cuyo género literario no es la crónica histórica. 

 – ¿ Cómo ve la religión y el valor del nacimiento de Cristo en estos tiempos, lejos del ministerio sacerdotal?

La pregunta es muy amplia y ameritaría diversas perspectivas. Creo que desde un punto de vista histórico, el nacimiento de Jesús de Nazareth es, sin lugar a dudas, uno de los acontecimientos que más ha marcado la historia, especialmente occidental. Desde este punto de vista, la figura de Jesús y la fe en él ofrece un caudal de sentido a las grandes preguntas e interrogantes de la existencia humana.

– ¿Recibió opiniones de parte del clero?

Si bien el libro está recién salido “del horno”, recibí diversas expresiones de apoyo y agradecimiento, especialmente de aquellos que están más empapados de los temas que trato. Un estudioso argentino, miembro de una importante comisión episcopal me ha escrito lo siguiente: “Lo estoy leyendo y me parece que conseguís mantenerte en altura de águila hablando en lenguaje llano.

Ojalá todos los que andamos por esta senda pudiéramos hacernos entender así de bien.” Por supuesto que puede haber opiniones diversas, pero creo que en general, quienes valoran los estudios científicos celebran publicaciones de este tipo.

FUENTE Y FOTOS: LA VOZ DE SAN JUSTO

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